viernes, 3 de diciembre de 2010

¿Por qué no nos aseguramos antes de reaccionar?

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¿Por qué siempre asumimos como cierto, cuando vemos algo, que aquello es tal y como creemos estarlo viendo?
¿Por qué siempre asumimos como cierto, cuando oímos una frase, que aquello fue dicho tal y como creemos haberlo oído?
Si algún efecto puede causar sobre nosotros lo que vemos u oimos, ¿por qué no nos aseguramos antes de reaccionar?

Nuestros sentidos -esos cinco que biológicamente tenemos-, sólo son capaces de percibir la realidad instantánea -puntual- no de interpretarla y, menos aún, de analizarla en función del entorno determinado en que tal percepción se produce; y aún así, aún cuando pudieramos hacer un análisis inmediato de esa realidad, no iríamos más allá de lo que nos permita nuestra propia experiencia y conocimiento. Quien no conozca los efectos que la iluminación puede tener sobre el color, ¿cómo podría aceptar que el azul que está viendo no es azul sino rosado?.

No nos dejemos engañar por la primera impresión que obtenemos a través de los sentidos.

En la diferencia entre lo que creímos ver y en realidad era o entre lo que creímos oir y en realidad se dijo, podría estar la diferencia entre el amor que podríamos sentir y el rencor que estamos sintiendo.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Acerca de la enseñanza...

Nadie puede enseñarte lo que no conoce en profundidad.
Nadie puede aprender si no está preparado para recibir -comprender en su totalidad- el conocimiento que pretende adquirir.
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Para enseñar no basta con conocer, por más profundo que el conocimiento sea, aquello que se pretende enseñar; es necesario, además, conocer profundamente a quien se pretende enseñar.
No puedes enseñar a un niño a sumar, sin antes haberle enseñado los números y, habiendo el niño aprendido los números -y aún después de haber aprendido a sumar-, de poco -o nada- le servirá lo aprendido si no le enseñas la utilidad -desde el principio: desde el símbolo mismo utilizado para representar un número- que tal conocimiento tiene.

¿Quieres motivar el aprendizaje?, comienza por plantear la necesidad sin el conocimiento apropiado para enfrentarla; el instinto -la propia naturaleza del Ser- hará lo demás.

lunes, 29 de noviembre de 2010

La Fe no es un artículo...

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La Fe no es un articulo de consumo que puedas comprar.
Tampoco es un servicio que alguien pueda prestarte a cambio de una remuneración económica.
La Fe es algo que está dentro de ti, que forma parte de ti, que te petenece; que nadie puede darte ni quitarte.
No permitas que te engañe quien sólo busca aprovecharse de ti -en tu buena Fe-
Si acudes a una iglesia -cualquiera que sea-, hazlo con la motivación que te da la FE que ya tienes; no para buscar allí una FE que sólo dentro de ti puedes encontrar.
Quien realmente ruega por tu bienestar no tiene intenciones de cobrarte.
No tienes que pagar por algo que ya es tuyo.

sábado, 27 de noviembre de 2010

¿La Verdad?

¿La verdad? ¿Qué es la verdad?
No hay mayor verdad que TU PROPIA EXISTENCIA, de modo que la verdad está dentro de ti
No importa cuánto lo pienses o cómo lo analices. La conclusión es siempre la misma: si tú eres un ser único, irrepetible y diferente a todos los demás, ¿cómo podría cualquiera que no seas tú mostrarte el camino de la verdad?; más aún, ¿cómo podría mostrarte la verdad misma? y, si lo hiciera -si alguien pretendiera que puede mostrarte la verdad- ¿de qué verdad estaríamos hablando? ¿de la tuya? ¿de la suya? ¿de una verdad encontrada en algún libro de meditación?
El camino está dentro de ti. Sólo tú puedes encontralo. ¡Sólo tú sabes cómo!

martes, 23 de noviembre de 2010

Es imposible romper la paz

¿Quién dice que la paz es frágil?.
¡Es imposible romper la paz!.
Sopla el viento.
Ponemos una pared entre el viento y nosotros y, así, evitamos que el viento nos toque; pero, el viento, sigue allí, soplando.
La paz es como un viento que sopla continuamente.
No hay manera de romper la paz, tan sólo podemos esquivarla y, para ello, inventamos los conflictos.
La guerra -y todo conflicto, por pequeño que sea- es una muralla que construimos para evitar vivir en paz.
¿Tal vez nos asusta vivir en paz? ¿quizás tenemos miedo de convivir en paz?. Vivir en paz implica respeto hacia nuestros semejantes y cumplir las normas de la sociedad en que vivimos. Implica aceptar compromisos y hacernos responsables de nuestros actos, entendiendo que somos los únicos "culpables" tanto de lo que somos como de lo que nos pasa -de lo "bueno" y de lo "malo"-. La "ventaja" de tener siempre a quien culpar es que uno nunca se siente responsable de nada, ni siquiera ante si mismo. Tal vez por eso nos asusta vivir en paz.

Improvisando...

Tú eres el piso que me sostiene,
la brújula que me guía,
el muro que me protege.

Y no hay camino imposible
ni hay miedo que me desvele
por más profundo que caiga
por más arriba que vuele!