Iba arrastrando mis pasos
muy triste por el camino
(mis pasos iba arrastrando)
y la soledad del monte
se iba arrastrando conmigo
Ciegos mis ojos. Los ojos
llenos de lágrimas, sufriendo,
iba arrastrando mis pasos
muy triste por el camino
Con las manos vacías de sueños
cerradas, esperando lucha
(con las piedras iba luchando)
y las soledades del monte
venían a pelear conmigo.
Un niño de ojos extraños
que alumbraban como cirios
cuando arrastraba mis pasos
encontré en aquel camino
Me dijo: ¿tú por qué lloras?
¿por qué tan solo, mi amigo?
Dijo: "yo también ando solo
deja que vaya contigo
Déjame que te acompañe
(deja que vaya contigo)
que son malos compañeros
la soledad de la noche
y las piedras del camino
No hablaré si tú no me hablas
caminaré despacito.
El sonido de mis pasos
ni llegará a tus oidos.
Abrí, entonces, mis manos
(en medio de aquel camino)
y una esperanza olvidada
que, sin darme cuenta llevaba
escondida en un bolsillo
surgió cual rayo de fuego
para ponerse a mi lado.
y vi que había más gente
y otras manos que se abrían
Y vi que no iba solo.
Y vi hombres y mujeres
que allí, hasta entonces, no viera
(que ver allí no podía)
por tener los ojos cerrados
a la claridad del día
(abril, 1997)
-traducción de un original en gallego-
lunes, 7 de mayo de 2012
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