Vengo a ofrecerte, Señor la luz de mis ojos
Vengo a ofrecerte el camino que debo seguir
Vengo a ofrecerte el mejor fruto que den mis manos
y el tiempo, sea mucho, sea poco, que habré de vivir
Vengo a pedirte, Señor, que orientes mis pasos
Tú eres mi norte, mi sur, mi principio y mi fin
Tú eres el sólo camino que lleva a la vida
Señor yo sin ti no sabría como proseguir
Ya ves lo poco, Señor, que puedo ofrecerte
Traigo en mis manos vacías toda mi heredad
En mis alforjas ya no hay ni ilusiones ni sueños
sólo un deseo profundo de hallar la verdad
Yo nada soy, mi Señor, sólo uno entre muchos
un breve lapso de tiempo, una gota en el mar
El corto espacio en que habito me queda ya grande
llena Señor mis vacíos con tu inmensidad
Vengo a pedirte, Señor que aligeres mi carga
Es mucho el peso que aporta esta falta de paz.
Pongo a tus pies este cuerpo mortal que me has dado
para que se haga con él según tu voluntad.
(agosto/1999)
domingo, 13 de mayo de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Precioso poema-oración. Gracias por compartirla.
Publicar un comentario